Ansiedad y perfeccionismo . Ambos, van íntimamente ligados. El círculo es tanto más vicioso cuanto que el perfeccionismo constituye a menudo una respuesta equivocada a la ansiedad. Uno desarrolla tendencias perfeccionistas como una forma de controlar y de enfrentarse a esa ansiedad. Al ser perfecto, el ansioso tiene la impresión de poder controlar las cosas, lo que lo tranquiliza y sosiega. Es lo que se denomina el perfeccionismo de control y dominio, aún en el caso de que, como ocurre con frecuencia, dicho rasgo estuviera ya presente al principio.
El perfeccionismo puede ocasionar numerosos trastornos de ansiedad, como el trastorno ansioso generalizado, los trastornos obsesivo-compulsivos, los trastornos de pánico, las fobias sociales generalizadas y el estrés postraumático.
Vamos a centrarnos particularmente en dos trastornos de ansiosos en los que el perfeccionismo parece desempeñar un papel fundamental: las fobias sociales y el trastorno obsesivo-compulsivo.
1. Fobia social. No estaré a la altura de lo que los demás esperan de mi.
He aquí sin duda el tema central y l a frase más utilizada por los pacientes que sufren ansiedad social.
Estas personas, que dudan de su valía, tienden a creer que van a juzgarlas mal, que los demás las criticarán. Tienen miedo de la gente. El temor a ser criticadas y juzgadas mal las confirma en la opinión de su escasa valía y agrava una autoestima ya baja de por si.
Para enfrentarse a ese temor, que está en su mente y no posee base real, pueden presentar varias reacciones conductuales. Por ejemplo, lo que se conoce como «evitación social». Eligen vivir encerradas en si mismas, evitando el contacto social, o al menos las opiniones de los demás sobre ellas. Toda su conducta es calculada para evitar la terrible angustia de no sentirse a la altura en relación con los demás.
2. El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). No consigo que quede todo perfecto, siempre debo empezarlo todo de nuevo…
Miguel, estudiante de 23 años, está preparando oposiciones. Ya ha suspendido varias veces, porque pierde mucho tiempo a causa de un perfeccionismo importante que lo lleva a querer dominar perfectamente las lecciones. Como no soporta no saber algo, ni siquiera un detalle, tiende a estudiar sus temas decenas de veces hasta ser capaz de recitarlos a la perfección. Incluso en su tiempo de ocio, cuando lee, por ejemplo, un artículo sobre su deporte favorito, al tropezar en una palabra tiende a recomenzar otra vez el artículo.