Los conflictos familiares son el resultado de las fuerzas y energías dinámicas que fluyen en diferentes direcciones entre los miembros, a través de la comunicación verbal y no verbal. La interacción de los miembros produce conflictos, todo el tiempo, por lo que la existencia de un conflicto es absolutamente normal en el grupo.
La presencia de la continua afluencia de pequeños argumentos y desacuerdos es una señal de salud psicológica.
La intensidad de un conflicto es una crisis. Es normal encontrar varias crisis a lo largo de la vida familiar a largo plazo. El problema es resolver o ayudar a resolver las crisis y los conflictos intensos para evitar la separación, el divorcio o la desestructuración familiar.
La ruptura del grupo familiar siempre trae toda una variedad de síntomas en los jóvenes y niños.
La ausencia de divergencias puede estar ocultando desacuerdos graves o infelicidad, y la represión y una relación congelada reinarán por algún tiempo, para revelar en el futuro, una relación rota.
Causas de los conflictos familiares:
El conflicto en una pareja, con hijos o sin ellos es normal, pero cuando se califica como conflicto problemático, se produce, en general, por falta de comunicación. La crisis llegará después.
«La gota que colma el vaso».
Antes de que un incidente haga que la mala relación se rompa o explote, siempre estamos a tiempo de tomar medidas para evitarlo. En la mayoría de los casos, la intervención de un psicoterapeuta familiar es de gran ayuda, dependiendo de
si nos encontramos en la fase anterior o posterior del conflicto, cuando se solicita la consulta.
La tensión suele aumentar lentamente y puede estar motivada por muchas circunstancias.
Algunas de estas causas, pueden ser:
- Demasiado trabajo:
Este es el caso típico de un esposo o esposa ausente, porque pasan mucho tiempo en su trabajo, sin darse cuenta o preocuparse por los demás en casa.
- Demasiadas conversaciones para padres:
El caso de los padres que pasan mucho tiempo hablando sobre los problemas de los niños y ellos no se toman el tiempo para dialogar sobre sus propios problemas.
- Demasiados momentos en solitario:
Algunas parejas son reacias a visitar amigos o salir juntas al exterior. Prefieren salir solos, cada uno a diferentes lugares.
- Rutinas aburridas:
Hay personalidades que aman las rutinas, pero tal vez no se entiendan fácilmente en un grupo familiar con una vida cotidiana.
- El dinero no es suficiente:
Los problemas matrimoniales muchas veces comienzan en este punto. El materialismo de hoy en día está destruyendo muchos matrimonios debido a los desacuerdos producidos por la administración del dinero.
- Él, ella o un hijo/a gasta demasiado dinero de manera egoísta:
El egocentrismo es uno de los problemas que se esconde debajo de un divorcio o un desacuerdo familiar.
La inmadurez para vivir en pareja puede prevenirse en la educación infantil desde el primer momento.
- El descubrimiento de una infidelidad flagrante:
Esta es una causa común de divorcio, aunque muchas parejas prefieren mirar al otro lado y no reaccionar de inmediato. En cambio, comienzan a vengarse y también ven a otras personas, hasta que su matrimonio está totalmente vacío de sentido. La falta de diálogo es uno de las causas de este tipo de actitud vengativa.
- Verbalizaciones agresivas:
Algunas personas son muy provocadoras cuando responden y pueden ser extremadamente hirientes. Este mal hábito finaliza muchos matrimonios y produce muchos desencuentros familiares. El perdón no es fácil cuando un corazón está lleno de resentimiento y no hay tiempo para un intercambio saludable de opiniones. El mal lenguaje es como un muro de piedra entre los oponentes en conflicto.
- Silencio:
La falta de comunicación a veces termina en un silencio total.
- Indiferencia afectiva:
La frialdad es una de las reacciones más habituales cuando una persona está muy molesta con la otra. En este caso, una pared de hielo se encuentra en el medio
de la pareja. No siempre es una reacción sincera.
- Competencia profesional:
Hoy en día es muy común ver divorcios causados por una competitividad sostenida entre marido y mujer. Esta actitud tiene la finalidad de hacer que el otro se sienta inferior para dominarlo fácilmente. El poder tiene mucho significado para estas parejas.
- Una nueva vocación:
La persona que se va de casa porque se siente incomprendida por su pareja en una nueva vocación.
- Los viajes que duran demasiado:
Uno de ellos está engañando al otro. La desconfianza comienza cuando los viajes duran demasiado.
- Fumar:
Hoy en día tenemos suficiente conciencia de los efectos negativos del tabaco en la vida diaria. Ser fumador pasivo puede ser muy perjudicial para la salud.
- Beber:
El alcoholismo tiene muchos grados y niveles. Un bebedor compulsivo puede terminar aislado, aunque él o ella todavía no es un alcohólico declarado.
- Exceso de sociabilidad o soledad:
Las personalidades chocan muchas veces en estos casos.
- Caracteres incompatibles:
Esto suena como una excusa para muchos divorcios, pero de hecho hay parejas que son muy representativas de esta expresión.
- …
«Un matrimonio, que inicialmente necesitó consulta especializada como padres de un hija anoréxica, trató posteriormente a otro hijo con desventajas de aprendizaje, y tiempo después trajeron a otra hija que sufrió bulimia e inconvenientes también de aprendizaje.
Después de una evaluación profesional continuada, se estaban dando cuenta de la raíz psicológica del problema.
Finalmente se despertó la consulta para ellos mismos, la pareja de padres, que de hecho fueron la causa auténtica de todos los inconvenientes. En este caso se trabajó con entrevistas para todos. En su fase final los padres coincidieron exclusivamente para tratar el tema central, el nudo problemático, que residía en un padre violento y una madre temerosa y sumisa.
El principal problema del matrimonio se basó en la violencia física. La madre era maltratada y generaba violencia hacia los niños.
El padre finalmente asumió la carga patológica, que se originó en malas experiencias en su infancia.
Pero él solo comprendió la necesidad de una consulta psicológica profesional para sí mismo, después de leer las cartas conmovedoras de sus hijos y esposa, sobre su comportamiento.»